miércoles, 30 de mayo de 2012

SHAQUILLE O´NEIL: Aparición en la NBA


Shaquille (el Showman) O’neal


Que la NBA es un espectáculo no es nada nuevo, desde siempre ha habido jugadores o entrenadores extravagantes, raros, originales, locos e impredecibles tanto dentro como fuera de la pista. Desde los estrafalarios pelos afro de los setenta hasta el disfraz de Superman de Dwight Howard(Orlando Magic) pasando por las carreras del “gordo” Barckley contra el árbitro anciano Dick Bavetta, entre otros.


Sin embargo, si hay alguien que ha marcado época en la liga por sus shows, ese no es otro que el gran Shaquille O’neal. Cuando se retire será recordado como uno de los mejores pívots de la historia de la NBA (aspecto en el que incidiremos otro día), pero seguro que a mucha gente le queda en la retina alguna de sus tantas bromas. Y es que O’neal aparte de conectar con el público por ser un tipo simpático, también ha demostrado tener una gran imaginación y un sexto sentido para el espectáculo.
Todo comenzó cuando un día decidió probar suerte con la música, y sacó un disco de Hip Hop, que realmente no estaba mal.

Sin embargo, no sólo ha mostrado un idilio con la música, Shaq ha pisado todos los terrenos ya, haciendo sus pinitos en el cine con Kazaam o Scary Movie 4, y en la televisión.

Incluso apareciendo en el Pressing Catch para luchar contra el enorme Big Show.
Pero no sólo fuera de las pistas O’neal es un showman, dentro de ella es capaz también de casi cualquier cosa.
Desde ejercer de base en un All Star con su 2.15 y casi 150 kilos de peso.


Aunque no siempre es él el que piensa la broma, en ocasiones, él es la víctima. Como cuando Gregg Popovich (entrenador San Antonio Spurs) mandó a uno de sus jugadores hacer una falta personal a Shaquille O’neal en el segundo tres del primer partido de temporada. Eso vino por el hecho que en los pasados playoffs  Gregg Popovich usó la técnica Hack-a-Shaq contra el pívot, esa técnica consistía en realizar faltas sobre O’neal para que fuera a la línea de tiros libres donde tenía porcentajes muy malos y así evitar que anotase fácilmente en la zona. La broma no la comprendió Shaq hasta que vio al entrenador de Spurs en el banquillo con los pulgares en alto mostrándole a Shaq que todo había sido una broma, curiosa por lo menos.

Pero aún así O’neal es todo amor, y sabe encajar las bromas, y amar al prójimo, y al no prójimo también.

Nuevas tendencias en el rebote

27 diciembre 2009
Con todos los equipos alrededor de los 30 partidos disputados las estadísticas ya empiezan a tener algo de sentido, y aunque muchas serán muy diferentes a final de temporada podemos observar un cambio generacional y de tendencias en muchas de ellas. La más sorpresiva hasta el momento es la clasificación de rebotes donde solo 4 jugadores que estaban en el top10 hace dos temporadas ahora permanecen en ese top10.

El pívot siempre ha sentido devoción por la música y ha demostrado en reiteradas ocasiones que no pasaría hambre como bailarín.


El cambio generacional se está produciendo Kevin Love, Joakim Noah y Marc Gasol asoman la cabeza para desbancar los Shaquille O’neal, Kevin Garnett o Ben Wallace de años atrás. Aun así podemos encontrar a viejos dinosaurios en la lista que no se resisten a salir de ella como Zach RandolphTim Duncan o Marcus Camby. Para ellos no pasan los años a la hora de recoger balones bajo los aros.
Además del relevo generacional ha cambiado también la figura del reboteador. Aparte de los reboteadores clásicos, como el pívot alto y fuerte representado en la figura de Dwight Howard o los ala-pívots potentes comoKevin Love o Carlos Boozer, ha aparecido en los últimos años la figura del pívot o ala-pívot alto y atlético pero a su vez a simple vista frágil, que luego no es así, como Marcus CambyChris Bosh o Pau Gasol, esta figura tiene a Kevin Garnett en su gran precursor. Pero aparte de esta figura han surgido un nuevo paradigma de reboteador, un ala-pívot o alero, que por cuerpo es un alero, no es ni alto, ni fuerte, pero que sin embargo, es atléticamente impoluto capaz de correr un contraataque y capaz saltar más que los pívots rivales a la hora de coger un rebote, esta nueva figura viene representada por los dos reboteadores que más han progresado en las dos últimas temporadas: Gerald Wallace y Joakim Noah.

Hasta romper un tablero de un mate.




Seis rebotes promediaba hace dos temporadas el ahora alero titular de los Charlotte Bobcats, Gerald Wallace. Ahora sus números han aumentado hasta unos excelentes 12,1 sin necesidad de un gran incremento de minutos (en 2007-2008 jugaba 38 minutos de media por 41 esta temporada). Su progreso es espectacular, normalmente el mayor progreso de los jugadores lo alcanzan en sus primeros tres años en la liga cuando pasan de ser unos rookies sin experiencia en la liga a unos jugadores ya conocedores de la liga, no obstante, Gerald Wallace ha esperado a su novena temporada para explotar definitivamente como un tremendo reboteador.
El caso de Joakim Noah es más normal, y aun así no deja de ser extraño. Su cuerpo no da señales de coloso de los tableros, pero ese físico que tiene está muy trabajado y es increíble lo que puede llegar a conseguir con él. Su progresión al igual que Wallace es espectacular, dos años atrás, en su temporada rookie consiguió 5,6 rebotes que comparados con los 12.2 no son absolutamente nada. Y es que el joven Noah representa con sólo tres años  las nuevas generaciones de la liga, una nueva NBA que no le van a faltar reboteadores de calidad.
Esta nueva NBA que tiene pinta que comandarán en este apartado más pronto que tarde  Kevin Love, un tipo de reboteador que como David Lee tiene una facilidad pasmosa para conseguir rebotes, o un Marc Gasol con un potencial enorme y todavía sin tope definido.


De hecho, en la televisión este verano se propuso enfrentarse a los más grandes deportistas y lo hemos podido ver desde luchando contra el púgilÓscar de la Hoya hasta realizar una carrera de natación contra el campeonísimo Michael Phelps.


Pero claro para eso hay que desbancar a un Dwight Howard hegemónico como los grandes pívots de tiempos pasados,  lleva desde la temporada 2005-2006 siendo el que mayor número de rebotes totales coge al cabo de la temporada y solamente tiene 24 años recién cumplidos. Montado en la historia va el bueno de Dwight para acabar su carrera entre los más grandes en este apartado.
Y para acabar no podemos obviar la mejoría de en este apartado de Pau Gasol, cada vez mejor jugador y cada vez mejor reboteador. Su gran merito es que sin ser un gran reboteador, nunca le ha hecho falta serlo, se ha convertido en un jugador que domina la zona y desde ahí todo el juego. Y desde esa posición ha empequeñecido a Andrew Bynum como reboteador y lo ha mejorado como jugador. Sin duda, ya podemos considerar a Pau Gasol uno de los mejores defensores y jugadores de la liga.
h1

Kobe Bryant sigue en busca de la perfección

8 noviembre 2009
Allá por el año 1984 cuando Chicago Bulls escogieron a un joven y desgarbado escolta llamado Michael Jordan nadie se podía imaginar lo importante que llegaría a ser para la historia de este deporte. La historia de Jordan la conocemos todos: 6 anillos, títulos individuales por doquier, tres retiradas, tiros decisivos y un inmenso legado de jugadas para el recuerdo. Él es considera por unanimidad cómo el mejor jugador de baloncesto de la historia, la perfección.
Hubo un tiempo atrás en el cual los niños querían ser Magic Johnson, Larry Bird, Julius Erving (el propio Jordan quería ser como él) y un largo etcétera. Ese elenco de jugadores aportaban muchas cosas distintas al juego, no obstante, con la retirada del escolta de los Bulls los niños sólo querían ser como él. De esas nuevas generaciones aparecieron distintos herederos del maestro, los nuevos Jordan. Jugadores como Harold Miner, Grant Hill, Vince Carter, Tracy McGrady…con distinto éxito pero ninguno cerca de la figura del escolta de los Bulls. Hasta que apareció Kobe Bryant. Aire fresco para la figura del heredero de Jordan.

Bryant no es un heredero cualquiera de Jordan
Él era un chico hecho en Italia con una mentalidad durísima e hijo de una leyenda del baloncesto en Europa, Joe Bryant. Kobe apareció en la NBA en el draft de 1996 en el cual fue seleccionado por los Charlotte Hornets, equipo al que se negó a ir y lo traspasaron a Lakers a cambio del pívot serbio Vlade Divac. El escolta nacido en Philadelphia venía de ser el máximo anotador de la historia de su instituto (por encima incluso de Wilt Chamberlain) y ganador de todos los premios individuales que se podían ganar. Eso le llevó a desestimar una oferta de Duke para competir en la liga universitaria y dar el salto directamente a la NBA.





Sus primeros años fueron muy duros para él. Pocos minutos y los ojos de un país entero juzgándole a cada instante tenían al joven Bryant algo nervioso. Sin embargo, a cada vez que tenía la oportunidad de mostrar que él no era un simple heredero de Jordan lo demostraba: Estrella en el partido de Rookies, ganador del concurso de mates, y seleccionado para el All Star en su segunda temporada siendo el jugador más joven en la historia que lo lograba eran algunas de sus credenciales. Sin embargo, era muy discutido. En su tercera temporada explotó con 19,9 puntos de media y su equipo ese año no llegó ni a las Finales de Conferencia, Bryant estaba en la picota. Sus detractores le tachaban de chupón, engreído, niñato y otras muchas cosas; sin embargo, Kobe no se vino abajo.
La temporada siguiente se produjo el gran cambio en Los Ángeles, llegó Phil Jackson, el entrenador que había llevado a la gloria a Michael Jordan. Y con él empezaron a caer títulos: 3 anillos consecutivos, y Bryant comenzaba a dar sus primeros pasos Jordanescos aunque todavía no era la estrella absoluta de ese equipo, ese equipo estaba liderado por Shaquille O’neal, posiblemente el pívot más determinante desde la retirada de Wilt Chamberlain.


De hecho, en la televisión este verano se propuso enfrentarse a los más grandes deportistas y lo hemos podido ver desde luchando contra el púgilÓscar de la Hoya hasta realizar una carrera de natación contra el campeonísimo Michael Phelps.


Después de esos tres años de bonanza comenzaron a torcerse las cosas para Bryant. La siguiente temporada no ganarían el anillo. Para redimirse los Lakers ficharon a los ya veteranos Gary Payton y Karl Malone, dos futurosHall of Fame, formando así uno de los mejores quintetos de la historia del baloncesto. Sin embargo, se convirtió posiblemente en el quinteto con más grandes egos. Ese equipo perdió la Final ante Detroit y comenzó la guerra interna entre O’neal y Bryant, que acabó con Shaquille O’neal en Miami. Bryant no salió bien parado de esa situación, aunque logró quedarse en Lakers quedó como el malo de la historia y además estaba en juicio por abuso sexual de una joven, cosa que empeoró más todavía su imagen. Mientras O’neal se encargaba de ganar el anillo con Miami. Phil Jackson también abandonó el barco y criticó duramente a Bryant en uno de sus libros. Eran los peores momentos de la vida del escolta angelino, pero no se rindió.



Kobe en esos momentos ya no luchaba contra las marcas de Jordan, él luchaba contra la gente. Quería demostrarle a todo el mundo que él era el mejor. Más de 35 puntos de media en una temporada y partidos de auténtica locura como los 62 puntos ante Dallas o los 81 ante Toronto (segunda mejor marca de la historia) deslumbraban la grandeza de Bryant, pero ni hacían mejorar mucho su imagen de chupón, ni conseguían que su equipo fuera competitivo.





Las nubes negras parecieron disiparse cuando Phil Jackson volvió e hizo las paces con Shaquille O’neal. Su fama se recuperaba y volvía al camino que estaba destinado. Perseguir la sombra de Jordan. El lavado de cara fue tal que se cambió de número del 8 al 24. Bryant en su afán de hacer records ganó su segundo titulo de máximo anotador finalizando la temporada con 10 partidos por encima de los 50 puntos, hecho que ni el propio Jordan había conseguido, sólo Wilt Chamberlain. El pasado viernes se convirtió en el jugador más joven en llegar a los 24.000 puntos, y es que Kobe Bryant se ha propuesto cambiar la historia de la NBA. Todavía le quedan unas cuantas temporadas en la liga para subir escalones en las distintas estadísticas históricas y para ganar unos cuantos anillos más. Cuando se retire posiblemente los niños ya no quieran ser el nuevo Jordan, y sí el nuevo Kobe.En la temporada 2007-2008 Bryant recibió la mejor noticia de su vida: Pau Gasol había fichado por los Lakers. El escolta se consagró con el MVP y consiguieron llegar hasta la Final de la NBA, que perdieron en un duelo retro ante Boston Celtics, recordando Finales de los 80 entre Magic y Bird. Sin embargo, ese golpe fue el último obstáculo para que Kobe se convirtiera en leyenda, la temporada siguiente ayudado por un gran Pau Gasol consiguió su objetivo: conseguir un anillo siendo él el actor principal.

Lebron James no puede con un señor EQUIPO




Cleveland Cavaliers y Boston Celtics disputaron ayer el partido inaugural de la temporada, una vuelta al colegio en toda regla. El primer día de colegio empezó con un Lebron James y un Shaquille O’neal atentos que parecieron llegar con los deberes hechos.  Y lograban marcharse en el marcador con un 19-5 fulgurante antes de que llegara el primer tiempo muerto. Shaquille estaba siendo el dueño y señor de la zona y Lebron se estaba divirtiendo por fuera, mientras que parecía que todavía no había llegado nadie a clase de los de Boston. Después de ese primer tiempo muerto se iniciaron las rotaciones, Zydrunas Ilgauskas entró por Shaq para liderar el equipo B de Cavaliers y parecía que Boston llegaba por fin al partido de la mano de su base Rajon Rondo. Sin embargo, James, el abusón de la clase, realizó la jugada de la noche al humillar al base de los Celtics con un impresionante tapón cuando éste se disponía a rubricar con un mate un rápido contraataque de Boston cortando por lo sano cualquier tipo de reación visitante. El profesor de los Cavs. Mike Brown, sacó antes de finalizar el cuarto a Ilgauskas y Shaquille juntos a la palestra para enseñar al resto de compañeros cual era el camino a seguir, no obstante, la táctica no surtió efecto. Boston llegó al final del primer período sólo 7 puntos abajo (28-21), los Cavaliers no habían aprovechado la ocasión de abrir hueco en el marcador.


Pero, sin duda, donde más ha hecho reír a la gente ha sido en su corta estancia en Phoenix Suns. Pese a que no acabara de cumplir las expectativas en lo que se refiere al juego, él se lo pasó en grande y sus compañeros también.


El segundo cuarto empezó con los no habituales en pista, Lebron James despistado hablando con el público en el banquillo y el entrenador de BostonDoc Rivers siendo entrevistado por la prensa mientras el partido estaba en juego. Cosas de la NBA.
La segunda unidad de Boston tomó el mando del partido liderados por un repetidor de lujo, Rasheed Wallace, y con el pillo de la clase Marquis Daniels que consiguieron poner a su equipo por delante por primera vez en el partido (32-34 min. 18). Los suplentes de los Cavs defraudaron y Mike Brown devolvió al quinteto inicial a pista. James volvió al parqué generoso y repartió tres asistencias consecutivas a sus compañeros. Sin embargo, Boston tenía al “empollón” de Ray Allen que contestaba con puntos a todo lo que le proponía la defensa de los Cavs.
Al descanso se llegó con un marcador 45-51 a favor de los de Massachusetts que habían conseguido responder a la novatada inicial de Cleveland.  El partido estaba siendo entretenido con los altibajos habituales después de un verano tan largo. Boston iba arriba en el electrónico y,  sin embargo, Kevin Garnett, su mejor alumno, todavía no había dicho nada (sólo 4 puntos al descanso y un -10 de Boston con él en pista).



A la vuelta del patio sólo Lebron parecía estar atento por parte de los Cavaliers y los de Boston tomaron una ventaja considerable (47-61) que a posteriori sería inalcanzable para los chicos de Mike Brown. Kevin Garnett yPaul Pierce se pusieron la bata de trabajar e hicieron los deberes: anularon totalmente a Shaquille O’neal y superaron en todo momento las variantes defensivas de Cavaliers.
Con la vuelta de las segundas unidades ya casi al final del tercer cuarto el partido perdió ritmo. Esta vez los suplentes de los Cavs aguantaron el empuje de Boston y no pasó lo mismo que en la primera mitad. Gran parte de la culpa la tuvo Mo Williams que disputó sus mejores minutos en ese tercer cuarto con 6 puntos.



Con un 72-65 se llegó al último cuarto dónde todos se jugaban las notas. Aún con las segundas unidades en el parqué se vivió un duelo casi individual entre Rasheed Wallace, por parte de Celtics, y Zydrunas Ilgauskas, por parte de Cavs, que intercambiaron canastas hasta la vuelta a pista de los titulares. Entonces aparecieron los más listos de la clase para decidir el encuentro: Kevin Garnett comenzó a dominar la zona ante un Shaquille O’neal desaparecido por completo en esta segunda parte, Paul Pierce anotaba todo lo que pasaba por sus manos en los últimos minutos y Lebron James aguantaba a base de genialidades a Cleveland en el partido. Sin embargo, el esfuerzo de James no tuvo su premio y no consiguió en ningún momento bajar la renta de los de Boston.  A falta de 15 segundos dos tiros libres de Paul Pierce certificaban la victoria 89-95 del equipo de Doc Rivers frente a unos Cavaliers que no supieron hacer valer el factor campo.



Las notas finales de este primer día de clase son importantes pero no concluyentes: Boston un merecido notable al haber conseguido imponer su leyenda, la de ser un EQUIPO con mayúsculas. Cleveland, por su parte, un necesita mejorar, del que sólo se salva un Lebron James muy por encima del resto con 38 puntos. De los nuevos destacar a Rasheed Wallace que demostró saber ganarse a los profesores, y a tener en cuenta a O’neal que sigue condicionando mucho el juego rival, pero que cada vez aguanta menos tiempo en pista pese a estar más delgado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario